Cinco meses después de que el Gobierno confirmara el primer caso de COVID-19 en El Salvador, el pasado 18 de marzo de 2020, la cifra de contagios ha superado ya los 24,000 y el número de muertes se acerca a las 700. En este marco, la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos en El Salvador (MPGR), se solidariza con las personas afectadas por la enfermedad y sus familias que han cargado con los efectos de una situación para la cual no estábamos preparados y preparadas.
A pocos días de la reapertura de la economía en el país, continúa la incertidumbre para la población salvadoreña, por lo tanto, el actual contexto plantea grandes retos al Estado salvadoreño en su conjunto para la puesta en práctica de acciones que contribuyan a atender la pandemia de una manera integral y que no pueden esperar.
Como Sociedad Civil organizada, en su momento evaluamos de manera positiva algunos esfuerzos que se hicieron en el inicio de la pandemia por parte del Ejecutivo, asimismo valoramos oportuno el decreto de “Estado de Emergencia Nacional” aprobado por la Asamblea Legislativa que ofrece un sustento jurídico que atiende las directrices constitucionales; sin embargo es importante señalar y llamar a cambiar acciones y posiciones políticas que no contribuyen a combatir esta amenaza de forma unificada, transparente y con estrategias claras de atención.
Como MPGR planteamos lo siguiente:
1. El enfoque de respuesta al COVID-19 por parte del Gobierno ha ocasionado una desatención del componente preventivo en las comunidades y de atención de enfermedades crónicas, es decir hay una carencia en la promoción de la salud, la cual está definida por la OMS como la encargada de fomentar cambios en el entorno que ayudan a promover y proteger la salud de las personas; esos cambios incluyen transformaciones en las comunidades y los sistemas, por ejemplo, programas que garanticen el acceso a los servicios de salud, entre otros.
El impacto en la salud de las personas por el confinamiento, sumado a la estrategia del miedo y otros factores como el desempleo son problemas que en el corto y mediano pueden tener serias consecuencias en la recuperación de la llamada nueva normalidad, es urgente se retomen acciones encaminadas a la salud mental como medida de mitigación ante el desastre ocasionado por el mal manejo de la pandemia.
2. Entrega de medicamentos a pacientes que no se les ha realizado la prueba de COVID-19. La entrega de medicamentos por parte del Ministerio de Salud a personas de quienes se sospecha tienen el virus es preocupante por los riesgos que esto puede causar a la salud, principalmente para aquellas personas que tienen algunas patologías, médicos expertos advierten sobre el peligro de la no regulación del tema de la automedicación, lo que agravaría la crisis sanitaria.
3. La crisis del agua es un elemento que imposibilita cumplir las medidas de higiene para prevenir el virus. Son innumerables las poblaciones tanto del área rural y urbana que carecen del vital líquido, por lo que no pueden cumplir las recomendaciones tal como las indican las autoridades de salud, situación que las pone en altísimo riesgo de contagio.
Por esta razón, es urgente la adopción de medidas para paliar la crisis hídrica en las comunidades en mayor condición de vulnerabilidad, además es oportuno el llamado a la Asamblea Legislativa a discutir una Ley General de Aguas con un enfoque de derecho humano que beneficie a las grandes mayorías, una deuda que aún sigue pendiente por el Estado salvadoreño.
4. Impacto del COVID-19 en la seguridad alimentaria. Las banderas blancas son un indicador de las situación de la población salvadoreña ante la falta de alimentos, y dicha situación se verá incrementada por el incremento del desempleo, los cortes en las cadenas de suministros entre las personas productoras y las ciudades y las afectaciones del cambio climático, dicho impacto se ha vivido de inmediato en las poblaciones urbanas y se verá en un corto plazo en las poblaciones rurales con el agotamiento de sus reservas de alimentos y medios de vida.
Es importante diseñar una estrategia de apoyo a la producción nacional de alimentos antes de fomentar la importación y pago de onerosos gastos de traslados. Además los esfuerzos deben centrarse en apoyar el acceso a los alimentos de las familias más vulnerables y de las personas cuyos ingresos se han visto más afectados. Es por ello que se deben implementar medidas adecuadas de protección social y priorizar la ayuda, esto solo será posible trabajando de la mano con actores sociales presentes en los territorios, así se evitará la duplicidad de esfuerzos y uso inadecuado de recursos.
5. La poca transparencia en el manejo de los fondos en la emergencia. La crisis generada por la pandemia ha requerido, para su atención, de la realización de préstamos millonarios a organismos internacionales, hecho que ha generado según economistas un endeudamiento elevado el cual supone que al terminar el presente año por cada $100 dólares que se produzcan en el país, se estarían debiendo $92 dólares.
A lo anterior se le suman las irregularidades denunciadas en el manejo de estos fondos por parte del Gobierno, como por ejemplo compras a sobreprecios, adquisición de servicios y productos a personas vinculadas a funcionarios públicos. Lo anterior debe ser condenado desde el Presidente y no invisibilizado ni minimizado, por el contrario se debe mostrar una clara disposición de rendición de cuentas de los gastos, descentralizar el poder y evitar monopolizar la toma de decisiones.
6. El Estado salvadoreño debe trabajar de forma cohesionada. En esta crisis estamos llamados a trabajar de la mano a contribuir para que los contagios no cobren más vidas, no debe imponerse el protagonismo, pero si el cumplimiento y el acato de cada uno de los roles y responsabilidades de las instituciones que integran el Estado.
Por lo anterior, lamentamos que el Ejecutivo en estos cinco meses no haya demostrado capacidad concertadora con los demás poderes del Estado, consideramos que la autocrítica no refleja debilidad sino liderazgo para avanzar en las estrategias planteadas, por lo tanto es momento de rectificar por el bien de las y los salvadoreños.
Como Sociedad Civil, manifestamos nuestro compromiso de seguir trabajando y acompañando a las poblaciones que se encuentran en mayor condición de vulnerabilidad, en esta pandemia.
7. Ante la reapertura de la economía es importante que el Gobierno oriente recursos para impulsar una campaña dirigida hacia las comunidades sobre educación y sensibilización de las medidas preventivas ante el COVID-19 y no spot propagandísticos. Es importante que la población reciba la información adecuada de las fuentes oficiales.
8. A la población salvadoreña le exhortamos a cumplir las recomendaciones emitidas por las autoridades y a abstenerse de reproducir rumores e información no emitida por fuentes oficiales.
San Salvador, 21 de agosto de 2020